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del centre: nfarre3@xtec.cat











diumenge, 17 de juny del 2012

CHEMTRAILS: ESTELAS QUÍMICAS Y CONSPIRACIÓN PARA EL GOBIERNO GLOBAL


Algunos investigadores denuncian que un tipo concreto de estelas celestes son consecuencia de operaciones militares orientadas a producir alteraciones en el clima y que también contienen sustancias químicas peligrosas para los ecosistemas y la salud de la población. ¿Estamos ante una sospecha justificada o sólo se trata de paranoia ?
En los cielos de todo el mundo se dibuja a diario una gigantesca red de las estelas dejadas por los aviones. Sin embargo no todas son fruto del motor a reacción.
Si miramos el cielo en un día despejado, es posible que veamos la estela blanca característica que dejan tras su paso los aviones a reacción. Hasta aquí todo es normal.
Sin embargo, desde hace algunos años estos trazos blancos no se diluyen, sino que permanecen en el firmamento durante mucho tiempo, extendiéndose lentamente hasta formar una leve bruma, incluso se observan verdaderos diseños similares a rejillas que éstos aviones dibujan en el cielo.
Son los llamados chemtrails (trazos químicos, en inglés). Y según algunos investigadores no se trata de las clásicas estelas de los aviones (contrails), sino de una auténtica fumigación química.
El análisis químico de la composición de estas estelas persistentes al precipitarse sobre la tierra parece justificar las sospechas. Estos estudios han identificado metales pesados como el barium o el aluminio.
Quienes investigan dicho fenómeno, a caballo entre la leyenda urbana y la conspiración, aseguran que esos trazos químicos son responsables de numerosas alergias, dolores de cabeza, e incluso de cambios meteorológicos. Pero hay más .
Condensación versus quimificación:
“¡Allá va un avión a chorro!”, exclaman quienes observan en el azul cielo estelas blancas que se desvanecen rápidamente. Son producto de la condensación del aire caliente de los motores (contrails) en contacto con temperaturas gélidas. Las columnas de humo químico blanco (chemtrails), en cambio, permanecen por horas en las alturas y gradualmente se entremezclan hasta ocultar el azul. Las aeronaves fumigadoras vuelan en peligrosas piruetas entrecruzadas y en proximidad ilegal unas de otras. Observadas bajo ciertos ángulos de la luz solar las estelas químicas se identifican por barras prismáticas de colores.
Una operación encubierta nunca antes realizada por militares está causando enfermedad y consternación en varios países. Según expertos, los responsables son aviones cisterna de la Fuerza Aérea, en desafío a regulaciones de la aviación civil, la salud pública y las leyes de polución.

Las pruebas hablan:
Las estelas del aerosol fueron fotografiadas vía satélite sobre Irak y Arabia Saudita durante la Guerra del Golfo y ahora en los Estados Unidos, San Francisco, Oakland , Berkeley, Santa cruz y todo California. Afganistán fue saturado con aerosol químico, y las fibras de polímero del aerosol de bario en la atmósfera pueden ser usadas como un sistema de detección óptica para descubrir la presencia de agentes biológicos. ¿Suena increíble? Quizás lo sea.
El programa ha sido declarado “secreto” para la población civil y para las agencias de protección ambiental (EPA). En verdad, los sistemas computarizados y la química han sido fusionados para usar como armas de guerra, en detrimento de la salud ambiental y humana.
¿Cómo puede mantenerse en secreto una estratagema tan grandiosa de ingeniería planetaria? Bien, piensen por cuánto tiempo se han ocultado a un público drogado, indiferente y desilusionado, los horrores del agente naranja entre el pueblo vietnamita, la enfermedad de la Guerra del Golfo, que dejó incapacitados o mató a miles de combatientes, o las 16.000 muertes en Chernobyl.
Las sales solubles de bario son tóxicas para los mamíferos; se diluyen rápidamente en el tracto gastrointestinal y se depositan en músculos, pulmones y huesos. No se sabe el efecto a largo plazo que tiene el bario en los seres humanos.
Cientos de miles de norteamericanos llenan las salas de emergencia de los hospitales en una especie de epidemia de una enfermedad fatal con características gripales, y es fácil deducir que pueda estarse llevando a cabo algún tipo de “selección de población” ­algo que ha sido meticulosamente documentado­ de acuerdo al plan del Comité de 300 de Haig-Kissinger, de reducir la población mundial en 2 billones de personas por medio de guerras, hambruna, enfermedades, etc.
Según pioneros eugenistas, desde hace 85 años se realiza la eliminación de “comilones inútiles” y “malezas humanas”. No hay evidencia, ni pruebas en el otro sentido, de que la fumigación con químicos sea un atentado deliberado para reducir la población, a pesar de lo que publicó el Dr. John Coleman en noviembre de 1991.
Una gripe que no es tal:
La semana antes de Navidad de 2004, había 55 enfermos esperando turno para emergencia en dos hospitales de Montreal, y en Toronto solamente uno aceptó pacientes. El Peterborough Regional Hospital recibió el récord de 307 pacientes dos días seguidos. Se dio la misma situación en ciudades de EEUU, y las ambulancias fueron en muchos casos rechazadas. La BBC de Londres informó que se contrataron camiones refrigerados para transportar cadáveres.
La prensa no mencionó las gigantes equis sobre los cielos de Gran Bretaña, Canadá y EEUU, o la gelatina marrón que había caído en los parabrisas en Birmingham, Inglaterra, o el material filamentoso llamado “cabello de ángel” que caía de jets que volaban a grandes alturas sobre el Caribe, Australia y Sudáfrica.
Desde 2001-2002, casi toda la población norteamericana ha estado enferma, o conoce a alguien que súbitamente se enfermó de gravedad con síntomas recurrentes de gripe mucho más persistentes y severos que los de un resfrío común, o ataques de vértigo y agotamiento. La cadena ABC News dijo que los doctores veían gripe donde no existía. El Dr. Andrew Winquist, del Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas concluyó que muchos habían sido infectados con un germen que no tenía nada que ver con la gripe. Después que el director de un hospital regional declaró a los medios que la misteriosa enfermedad “mata aún a gente sana en cuatro o cinco días”, el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) informó sobre muertes por una enfermedad del sistema respiratorio a niveles epidémicos. Los niños y ancianos son los más vulnerables a la fumigación química.
Vídeo: Chemtrails

Viviana Macipe (1r Batxillerat)

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